Se trata de uno de los modelos más bonitos o más feos según los gustos, que la marca
Aston Martin presentó en el
London Motor Show de 1976. Este peculiar
Lagonda, considerado por muchos en aquella época como un monstruo, fue diseñado por
William Towns.
En realidad parecía un auto de película de ciencia ficción, ya que su exterior era muy plano, con apenas 130 cm de altura y demasiado largo. Pero este modelo no se hizo famoso tan solo por su peculiar diseño exterior, ya que tuvo que permanecer oculto y desconocido por un largo tiempo tras su presentación, debido a serios problemas de ajuste en su electrónica.
Producir un coche en aproxidamente 7 meses era todo un éxito. Medía 17 pies y 4 pulgadas (5,283 metros) de largo, 5 pies y 11,5 pulgadas (1,816 metros) de ancho, 4 pies y 3,25 pulgadas (1,302 metros) de alto con una distancia entre ejes de 9 pies y 6,5 pulgadas (2,916 metros).
El motor se alimentaba de cuatro carburadores de doble estrangulador y ofrecía una potencia máxima de 280 caballos a 5000 revoluciones por minuto con un par máximo de 360 nm. Inicialmente su peso era de 3800 libras. En torno a 1982, sin embargo, se había incrementado a 4551 libras (2064 Kgs.). Las ruedas de 15×7 pulgadas calzaban unos neumáticos Avon GR70VR.
Tantos fueron los problemas con los que se encontró Aston Martin en este auto, que la primera entrega real de el Lagonda se hizo en abril de 1978, y comercialmente su lanzamiento se retardó hasta los años ochenta. En 1985 se produjeron 100 de estos autos en la fábrica de Newport Pagnell. En 1984 apareció una versión limusina, con un precio de 110000 libras en el Reino Unido, sólo se
vendieron 4.
El Lagonda se adelantó a su época, y aunque no salio del todo bien, contaba con elementos que hoy en día son indispensables en un auto moderno. Cabe destacar su instrumentación digital, sus tres televisores de cinco pulgadas para monitorear varios perfomances del auto, como el régimen de giro del motor, e incluso un sintetizador de voz con las opciones en varios idiomas, Inglés, Alemán, Francés y Árabe.
A su peculiar diseño y sus problemas electrónicos se sumaba también su elevado precio, que alcanzó las 70 000 libras esterlinas de la época. Retirado de la producción en 1989 el Lagonda permanece como un fenómeno único dentro de la historia de Aston Martin y la industria moderna automotor.