Hoy en día todos entendemos la existencia de los prototipos y su importancia para poder marcar la tendencia en el desarrollo de un modelo. Sin embargo, en un principio la industria no funcionaba así, hasta que en 1938, se produjo uno de los primeros prototipos de la historia, que cambió los procesos de concepción y tal vez incluso la industria automotriz en general.
Harley Earl, que en ese momento estaba a la cabeza de la sección de Arte y Color de General Motors, quería impresionar como fuese al Presidente de GMC y seguro de la ventaja que supondría organizar los criterios de diseño y estética de los automóviles, propuso la creación de un prototipo para probar sus ideas.
De esta idea nació el Buick Y-Job, un modelo para el que Earl empleó el chasis de un Buick Century y un motor de ocho cilindros en línea, 320 pulgadas cúbicas de desplazamiento (5,244 litros) y 141 CV de potencia. Lo más impresionante de este modelo era su diseño futurista, muy ancho y muy bajo, con unas líneas que parecían correr casi sin interrupción desde el frente hasta la defensa posterior.
Elementos como sus cromados laterales, los faros retráctiles motorizados, esos parachoques envolventes, las manillas de las puertas enrasadas y el adorno en el capó con forma de mira de rifle, se convertirían después en elementos estilísticos utilizados por Buick hasta los años cincuenta
Otros elementos con los que sorprendió a todos en esos años el Buick Y-Job, fueron las ventanillas motrices o el sistema de accionamiento del techo, cuyo principio aún sería utilizado, muchos años después, en un concept que se convertiría en leyenda: el Corvette.
Fotogalería del Buick Regal GS 2014, auto que recibe un nuevo motor turbo de 259 caballos de fuerza.