Enrique González - @600streetka

Dodge quería producir un auto poderoso, con un propulsor de gran potencia que no dejase indiferente al pueblo norteamericano y lo consiguió. Este modelo contaba con los genes de otro de los autos más deseados en Estados Unidos, nos referimos al Plymouth Barracuda, del que tomo como base su plataforma, y a la cual se le añadieron dos pulgadas a la distancia entre ejes para mejorar el espacio interior.

El Challenger fue presentado en dos versiones diferentes pero con un mismo atractivo, por un lado la de techo duro y por otro la más deseada entre el público, el convertible.   Además existía una diferenciación acorde a su rendimiento, pues los de mayor performance tenían la insignia R/T (Road and Track) y  su oferta arrancaba en el motor de 383 pulgadas de 335 hp. Tanto  el modelo base como el R/T podían ser adquirirse por los clientes con el paquete de lujo SE, el cual incluía asientos de cuero y techo vinílico con la tradicional ventana trasera más pequeña. El Challenger R/T estaba asociado al propulsor 383 de 335 HP. 

Como opcionales estaban los dos motores de 440 pulgadas, el Four-Barrel Mágnum -con 375 hp- y el Tri-cab Six Pack, de hasta 390 hp. Para terminar estaba el mítico motor Hemi que llegaba a entregar la endemoniada cifra 425 hp y con el cual el pequeño Challenger se convertía en un impresionante auto al que pocos podían igual en esa época. Tal vez por esto (y por los 1228,00 USD extras que costaba) es que solo fue elegido por 356 compradores.

El 440 y Hemi eran equipados con la transmisión Torqueflite automática, aunque opcional estuvo disponible una caja de cambios de manual de 4 velocidades con palanca de cambio Hurst Shifter y un eje Dana 60. Aún así y con estos hp, el Dodge produciría una versión más radical denominada T/A que pondría las cosas al extremo.