Eran muchos los ciudadanos que soñaban con esta ley, para poder comprase o vender un auto, pero parece ser que no ha tenido mucho éxito en este país, ya que debido a los altos costes que tienen los autos, son muy pocos los afortunados que pueden comprar.
La causa de haberse vendido tan pocos autos en Cuba durante estos primeros seis meses de liberación, es la gran desproporción que existe en Cuba entre los salarios de la mayoría de los trabajadores y los elevados costes de adquirir un auto. Para hacernos una idea de ello, en Cuba la media de los trabajadores cobra únicamente 20 dólares al mes, y el precio de un auto como el Peugeot 508 a estrenar ronda en Cuba los 262.000 dólares.
Los once concesionarios en activo de Cuba han alcanzado un volumen total de negocio de 1,28 millones de dólares, una cifra insuficiente para mejorar el servicio de transporte público. El Gobierno de Cuba había anunciado que el 75% de los ingresos provenientes de las ventas de automóviles sería invertido en mejorar la red de transportes, claramente mejorable.
No sabemos los vehículos que han comprado los pocos cubanos que se han lanzado a esta aventura pero teniendo en cuenta que el precio medio de las 50 unidades vendidas ha sido de 23.759 dólares, intuimos que casi todos ellos han sido unidades de segunda mano. Esto nos demuestra de manera muy clara, que el sector del automóvil en Cuba se limita a inversores extranjeros y a algunos pocos residentes de este país.
Son tres: un Jeep, un Dodge y un Ram.
El Focus se mantiene con muy buenos números.
El modelo Accord registró casi 40 mil unidades en un solo mes.