Ford quiere ser cool

Y a juzgar por lo que vimos en San Francisco, tiene con qué

26/06/2015

Jose Carlos De Mier - @GPSmediaexperts

#Midiadegloria @FordTrends

La nueva oficina de innovación en Palo Alto, Ford Research and Innovation Center, está equipada como si de una start up se tratara (ve mi foto en el rincón creativo J), dotada con más de 120 personas, es una declaración de hacia donde quiere enfocarse la compañía en el futuro más cercano. “Hemos pasado a la acción las conclusiones que la investigación arrojó afirmaba Mark Fields, CEO y Presidente de Ford Motor Company, en su casual outfit adecuado para la ocasión.

 

Parece mundialmente asumido que el polo de innovación tecnológica más potente, con más capacidad de llevar a la realidad ideas de los más creativos innovadores, está en Silicon Valley. Ford quiso reunir a un numeroso grupo de periodistas Americanos e internacionales durante un par de intensas jornadas con base en el Puerto de San Francisco y visita a las nuevas instalaciones en el corazón del Valle.  No vimos grandes novedades pero si el profundo cambio cultural que un, cada vez más asentado, Mark Fields pretende imprimir a la centenaria compañía. Vamos a democratizar el automóvil, vamos a dar acceso a la más avanzada tecnología a todos los compradores de automóviles en el mundoafirmaba un eufórico Fields siempre cómodo en loor de multitudes.

 

Cuando reúnes a tan variado grupo de periodistas especializados, blogueros, y estrellas mediáticas, sin duda enriqueces la discusión. Para mi fue muy curioso aprender algunos pasos interesantes que está dando Ford, por ejemplo, en la cura de adelgazamiento de sus autos. La batalla al peso, y no es por que yo esté un poco pasado de kilos, me parece vital para el futuro de la industria, para el futuro del automóvil y por tanto para el futuro de la movilidad. Y aquí hay una distinción muy importante que Fields y todo el equipo de Ford presente en SFO insistió en recalcar,Ford proporciona soluciones de movilidad no solo construye automóviles”. Aviso a navegantes para los agoreros que quieren matar la industria tradicional armados con los desarrollos apoyados por los millones de Google o el supuesto Apple car. Pudimos, en el laboratorio de Palo alto, además de admirar un GT repletito de fibra de carbono en un gris espectacular, comprobar como todas y cada una de las piezas del Fusion que sirve de conejillo de indias (cuyo, guinea pig, o como quiera que lo conozcas) se someten a una intensa bajada de peso para que el motor Ecoboost 1.0 de tres cilindros lo pueda empujar de manera decente en las carreteras californianas. Muy impresionante comprobar como el tambor del freno puede llegar a pesar la mitad (poco menos de 5.5 kilos frente a los 9.1 y pico actuales) y así casi en cada pieza del auto.

 

Problemas muchos, oportunidades más

En la dinámica de presentaciones y largos periodos de pregunta y respuestas pude comprobar los “miedos” de muchos colegas. ¿Qué va a pasar con los seguros? fue probablemente la pregunta más escuchada cuando se hablaba de vehículos autónomos, quien será el responsable. Otra, ¿se van a vender menos autos? ¿por qué la industria invierte en algo que puede dañar el negocio? Fue otra constante.

Yo me quedé con algunas respuesta, y muchas más preguntas por supuesto. En la base de la filosofía de Ford está la respuesta principal. Ford democratizó el auto pagando más a los trabajadores y haciéndolo accesible hace 100 años, ahora tiene la visión de seguir democratizarlo dando acceso a la tecnología a toda esa población (9 billones en el 2050 según las cifras del keynote de Fields) principalmente de países emergentes que tienen una necesidad de movilidad y un problema ya en la actualidad: la congestión de las megalópolis.

 

Pepe Delfino, un querido colega del SAMA (www.samaonline.org ) en Miami preguntó, ¿ya no vamos a necesitar más autos en casa, si mi auto se pilota solo podré mandarlo de vuelta para que recoja a los niños en el colegio o para que lo use alguien más? Cierto, puede haber casos en los que se pueda reducir la flota de autos, no necesariamente bueno para la industria, seguro bueno para el medio ambiente, pero imagínese también la cantidad de gente que un auto autónomo puede poner en la carretera, recuperando en algunos casos la movilidad perdida. Pienso en mi padre, un hombre fuerte de casi 90 años que siempre disfrutó de manejar, profesional y personalmente unido a un volante, que ahora por el deterioro físico ya no tiene acceso a la licencia de manejo pero recuperaría la libertad de moverse a cualquier lugar si pudiera disponer de un auto manejado por una computadora. Dense prisa, le pediría desde mi lado a la industria.

 

Como mi caso personal, mucha más gente que hoy no se atreve o no le parece práctico manejar en los atascos podría comprar un auto. El siguiente problema está planteado, que pasa con la congestión de las ciudades. También los autos súper inteligentes pueden ayudar a optimizar el flujo. ¿Se imagina un cardumen de autos moviéndose solidariamente a gran velocidad por las autopistas urbanas? Las cámaras son los nuevos “cupholders”, anunciaba una de las charlas, ¿se imagina la cantidad de información que van a producir los autos en circulación en tiempo real? Baches, rotos de la carretera, accidentes, estado del tráfico, mejores opciones para llegar a su destino. Todo eso con información auto a auto, auto a ciudad, ciudad a autoridades, autoridades a ciudadanos… big data al servicio de mejorar la convivencia en las ciudades. Está claro que la industria debe seguir este camino y espero poderlo disfrutar de primera mano. El placer de manejar siempre permanecerá.

 

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