Hoy rendimos un pequeño homenaje a una de esas grandes marcas de coches desaparecidas con el tiempo nos referimos a Packard, y que por avatares del destino, malas decisiones empresariales o no saber adaptarse a las nuevas coyunturas económicas o sociales, acabaron desapareciendo del mercado.
Packard es una de esas marcas que han dado esplendor al mundo del motor en Estados Unidos, ya que sorprendió al mundo con cada uno de los automóviles que saco al mercado. Bajo esta marca se comercializaban los autos de lujo del fabricante estadounidense Packard Motor Car Company de Detroit, Michigan, y luego por Studebaker Corporation, de South Bend, Indiana.
El primer automóvil Packard salió de la fábrica en 1899 y el último en 1958, año en el que la marca lanzaba el Packard Hawk Sport Coupe, un auto muy especial para la marca, ya que fue el Packard más rápido de la historia, capaz de alcanzar en los años cincuenta, 125 millas por hora.
El Packard Hawk Sport Coupe fue diseñado por el renombrado diseñador industrial Raymond Loewy, el hombre que creó otro icono, el Studebaker Starliner, del que el Sport Coupe Hawk fue descendiente directo. Para poder fabricarlo, se modificó sustancialmente el Packard Hawk de 1957, reinterpretando en este modelo del 1958 su parte delantera, montando en este caso una de fibra de vidrio. Este auto se montó sobre la suspensión delantera independiente con longitud desigual con brazos, resortes helicoidales y barra estabilizadora, también estaba equipado con un eje trasero vivo y ballestas semi-elípticas.
Pero además de su belleza exterior indiscutible, donde más destaco este modelo fue en su apartado mecánico, equipando bajo el capó un propulsor V8 sobrealimentado McCulloch de 289 pulgadas cúbicas (4.700 cc), con tubos de escape dobles que rendía nada menos que 275 CV. Se equipó con carburador Stromberg de dos gargantas y se acopló a una transmisión automática de tres velocidades Borg-Warner.
Desgraciadamente, tan solo fueron fabricados 588 unidades de este Packard Hawk Sport Coupé en South Bend antes de que el nombre de Packard desapareciese de los concesionarios americanos para siempre y le convirtiese en el último de los grandes Packards.
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