Son ya cuatro décadas desde que Audi presentara al Quattro, su primer modelo con el sistema de tracción total que encumbró a la marca de los cuatro aros. Repasamos su historia.
Audi ya había saboreado la gloria durante la época dorada de las “flechas plateadas” (Silberpfeile) en los años 30, aunque en aquel entonces todavía se llamaba Auto Union. Luego de un atribulado paso durante la Segunda Guerra Mundial, Auto Union fue adquirida por Grupo Volkswagen en los años 60, que la fusionó con NSU y la denominó Audi. La marca comenzó su renacimiento con el buque insignia Audi 100, al que luego se le unieron modelos basados en plataformas de Volkswagen. Sin embargo, el modelo que definió a la marca y la estableció como una opción de avanzada todavía estaba por llegar.
Fue durante el Salón de Ginebra de 1980 que la firma presentó un nuevo Coupé, basado en una plataforma muy modificada del Audi 80 (predecesor del A4). Las formas eran cuadradas, a la usanza de la época, con una cajuela corta, un medallón muy inclinado y un largo cofre que alojaba un motor de cinco cilindros en línea, colocado de forma longitudinal y asistido por turbocompresor e intercooler. En el equipo de desarrollo estuvo nada menos que Ferdinand Piëch, nieto de Ferdinand Porsche y una de los ingenieros y directivos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Quizá él fue de los pocos conscientes del potencial que tenía el nuevo deportivo que acababan de presentar: el Audi Quattro.
Planeado inicialmente como un modelo de producción limitada, para un par de años-modelo, al final el Audi Quattro se mantuvo en la línea de ensamble hasta 1991. La palabra de origen latino Quattro hacía referencia a su sistema de tracción total, desarrollado por el ingeniero Jörg Bensinger. El motor 2.1T producía 197 hp y 210 lb-pie. Cambios en las reglas del WRC (Grupo B) animaron a Audi a participar, aunque tuvieron que reducir ligeramente el cubicaje. En el Sport Quattro, un turbo de mayor presión llevó la potencia a 302 hp y 258 lb-pie, mientras que el modelo de competencia tenía una distancia menor entre ejes, para proporcionarle mayor agilidad. El Sport Quattro S1 de 1985 pesaba sólo 1,090 kg y tenía un enorme y característico alerón.
En su primera temporada en el WRC (1981) ya mostró potencial con dos victorias. Los siguientes años dominó el serial con puño de hierro: en 1982 obtuvo el campeonato de constructores con cinco triunfos. En 1983 el finlandés Hannu Mikkola conquistó el título de pilotos con cuatro Rallies, mientras que en constructores Audi quedó en un apretado segundo puesto, con apenas dos puntos de diferencia. Para 1984, alcanzó tanto el campeonato de pilotos (Stig Blomqvist) como de constructores.
En 1986, el WRC decidió desaparecer los autos del Grupo B, por lo que el Audi Quattro probó suerte en otros seriales. El paso no fue menos exitoso, con tres victorias en el ascenso a Pikes Peak, la última de ellas, con el legendario Walter Röhrl al volante. Las otras dos correspondieron a Michèle Mouton y Bobby Unser. Otros modelos con tracción Quattro conquistaron seriales como IMSA y Trans-Am, con 10 títulos en total para el Audi 200 de hasta 720 hp. En el DTM el V8 Quattro se alzó con dos campeonatos, además de múltiples triunfos en seriales de turismos hasta 1996, cuando se prohibió la tracción total. Gracias a nuevas regulaciones en el WEC, el R18 e-Tron Quattro conquistó en tres ocasiones consecutivas las 24 Horas de Le Mans, entre 2012 y 2014, contribuyendo a las 13 victorias de la marca en el pista de La Sarthe.
La tecnología llegó poco a poco al resto de la gama de Audi (salvo el A1 [hasta ahora]), por lo que “Quattro” pasó a convertirse en el apellido de sus modelos con tracción total. Audi ha fabricado casi 11 millones de autos con tracción Quattro, unos 500,000 tan solo en lo que va del 2020. La configuración es de serie en sus modelos de alto rendimiento S y RS, mientras que la tracción total Quattro eléctrica está disponible en sus Crossovers e-Tron e e-Tron Sportback, además que pronto llegará a otros modelos eléctricos. El sistema de vectorización eléctrica de par distribuye la fuerza no sólo entre los ejes, sino también entre las ruedas traseras.
El sistema Quattro ha ido evolucionando a lo largo de los años para llegar a motores diésel, híbridos, combinarse con vectorización de par, embragues multidisco, acoplamiento viscoso, motores longitudinales y transversales y tecnología Ultra. La tracción total Quattro ha sido probaba en pendientes de hasta 85% con nieve, alrededor del círculo polar ártico y en múltiples ocasiones en el Infierno Verde. Habrá que estar pendientes para conocer el próximo paso en la evolución de Audi Quattro. Algunos prototipos indican que Audi no descarta el regreso de un GT de altas prestaciones.
“Todos nuestros clientes deben poder conducir un Audi de forma rápida y segura sobre nieve o hielo. Esto significa que damos gran importancia a que el coche responda de la misma manera en todas las situaciones, que gire espontáneamente y que tome las curvas de forma neutral. Cuando el eje trasero tienda a cobrar protagonismo, por ejemplo, ante una fuerte aceleración, es importante que las reacciones no resulten bruscas, para que el coche siga siendo fácil de conducir. Por supuesto, también debe ofrecer una excelente tracción. Para los clientes que buscan una conducción dinámica en carreteras con asfalto seco, ofrecemos nuestro diferencial deportivo para el eje trasero”, indica William Wijts, ingeniero de Audi.
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