¿Es muy drástico el cambio entre los autos eléctricos y los de combustión interna? Aquí te decimos las diferencias, que no son extremas, pero sí importantes.
Los fabricantes han tratado que los autos eléctricos o EV (electric vehicle) sean lo más parecidos a los autos comunes de combustión interna (ICE: internal combustion engine) a la hora de usarlos. Esto, para hacer más “suave” la transición entre la forma de propulsión imperante en las calles y las carreteras en la actualidad; y la que eventualmente la reemplazará en el futuro cercano, dadas las cada vez más estrictas regulaciones en zonas clave como Norteamérica, Europa, China y Japón.
A pesar de ello, hay diferencias entre ambos tipos de mecánicas, no sólo en la autonomía y la forma en que se reabastecen y se les da mantenimiento, sino también en el manejo. Si van a aventurarse en el segmento de los autos eléctricos, hay ciertos hábitos que tendrán que modificar. Cosas a las que estamos habituados como el uso de los frenos, el climatizador, la aceleración o el arranque cambian, pero no se preocupen ¡Casi todo es mucho más simple en un EV!
En el caso de los Estados Unidos, además de las leyes federales, California ha recuperado su capacidad de auto regulación en materia ambiental. Y no son pocos los estados que se adhieren a sus directrices en cuanto a las exigencias y apoyos para la compra y venta de autos eléctricos. Poco a poco y, aparentemente, con un gran futuro por delante, los autos eléctricos o EV van entrando en nuestras vidas.
Por supuesto, hay que diferenciar entre los autos híbridos, que combinan un motor de combustión interna con uno (o varios) eléctricos; y los eléctricos puros, es decir, que son 100% propulsados por motores a electricidad, sean uno o varios impulsores, alimentados por una serie de baterías donde se almacena la energía. Por su parte, los ICE puros tienen únicamente motores de combustión interna, la mayoría, con pistones y con alimentación de gasolina o diésel.
Si un motor de combustión interna o ICE necesita un depósito de combustible, uno eléctrico necesita las baterías para acumular electricidad. Esta proviene usualmente de la red eléctrica, aunque también puede originarse de sistemas de recuperación o de celdas de combustible a hidrógeno.
Existen autos eléctricos que ya superan las 300 millas de autonomía. Una cifra cada vez más cercana a la de un vehículo ICE de tamaño equivalente. Sin embargo, estos rangos aún no son la norma. Esto condicionará nuestros tiempos de desplazamiento y la ruta que vamos a trazar, ya que debe haber cargadores adecuados y, de preferencia, con capacidad de carga rápida.
Los cargadores son cada vez más eficientes y puedes “llenar” el 80% de la capacidad de las baterías en menos de 30 minutos. Aún es más tiempo que en una gasolinera, pero estamos cada vez más cerca. A los mandos de un auto con motor de combustión interna tendremos al alcance más estaciones de repostaje y menores tiempos de recarga. Sigue siendo una de sus principales ventajas.
En los autos eléctricos emplearemos más a menudo la retención del motor, lo que puede llegar a evitar que usemos el pedal del freno en carretera. Esto alarga la vida de los frenos y hace más eficiente el manejo al conseguir una pequeña recarga de las baterías, lo que aliviará la autonomía.
Para preservar la carga, conviene climatizar el EV mientras está conectado y cargándose, de modo que no se gaste la batería. Así, es mejor salir a circular ya con el auto a temperatura agradable. Por el contrario, en un ICE es importante climatizar el auto durante la marcha, a medida que se va calentando el motor, pues esto ayuda a contaminar menos.
Los motores eléctricos entregan toda su fuerza apenas con “acariciar” el acelerador, por lo que tendremos gran aceleración desde el arranque e incluso debemos ser más cuidadosos. Por otro lado, pierde empuje al aumentar las revoluciones, de modo que sólo hay una o dos relaciones en la transmisión. El motor de combustión necesita revolucionarse más, es más “perezoso”, aunque gana fuerza al aumentar el régimen de giro, por lo que requiere de más cambios de velocidades.
Como los autos eléctricos apenas emiten ruido, no los “arrancamos”, sino que los “conectamos”. En un auto ICE el motor genera ruido y notamos más las vibraciones que se producen, por lo que es más fácil saber que está en marcha.
Los autos eléctricos tienen, básicamente, los mismos mandos que un ICE automático (volante, freno, acelerador). Además de lo mencionado, se manejan prácticamente igual. Resumiendo, si nos decidimos por un eléctrico, debemos planificar los viajes: nos olvidamos del ruido y las emisiones; y tendremos gran aceleración y una experiencia de manejo novedosa, aunque no demasiado diferente.
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