El Ferrari 125 S, presentado hace 75 años en 1947, es el primer auto de la marca de desarrollo propio que llevó el apellido del fundador don Enzo ¿Cuál es su historia? Repasémosla juntos.
Si ustedes consultan los libros de historia, Ferrari como automotriz fue fundada un 13 de septiembre de 1939 por el histórico Enzo Ferrari, estrechamente relacionada con los autos de competencia de Alfa Romeo, firma que pasó de ser germen a rival y finalmente una suerte de división de la casa de Maranello. Sin embargo, en aquel entonces, la naciente marca llevaba el nombre de Auto Avio Costruzioni; y también producía maquinaria industrial y partes para aviones.
De hecho, la Scuderia Ferrari data de 1929. Usualmente competía con autos de marcas como CMN y Alfa Romeo, esta última, terminó por absorber a la escudería cuando disolvió su equipo de carreras y contrató a don Enzo en puestos clave como director y jefe de desarrollo de vehículos. Alfa evitó que Enzo usara su apellido en sus autos por al menos cuatro años, cuando dejó la compañía en 1939.
Sin embargo, Enzo Ferrari aprovechó la experiencia ganada y las conexiones hechas durante sus años con Alfa Romeo, por lo que se abocó a crear sus propios autos, algo que en principio no le llamaba la atención. En abril de 1940, durante el Gran Premio de Brescia, presentó el Auto Avio Costruzioni 815, cuyo desarrollo corrió a cargo de los ingenieros Alberto Massimino y Vittorio Bellentani, con la colaboración del piloto Enrico Nardi.
Se movía gracias a un bloque de ocho cilindros en línea de 1.5 l, básicamente, dos motores Fiat de cuatro cilindros montados uno luego del otro sobre un bloque de aluminio. El bajo peso de 625 kg y la velocidad máxima de 170 km/h no fueron suficientes, pues los dos ejemplares inscritos no pudieron concluir por problemas mecánicos, pese a marcar la vuelta más rápida. El 815 pudo tener una revancha digna, pero Italia y casi la mitad del mundo entraron en guerra, por lo que su desarrollo entró en pausa. Un ejemplar volvió a las carreras hasta 1947, sobreviviendo en colecciones personales, mientras que el otro fue desguazado.
Con Europa devastada e Italia vencida, la situación no era particularmente promisoria. Pese a ello, don Enzo no se distinguía por rendirse ante la adversidad, por lo que el 12 de marzo de 1947 logró sacar de su fábrica no sólo el primer auto de la marca de postguerra, sino el primer auto de desarrollo propio que al fin ostentaba su apellido: el Ferrari 125 S, con S de “Sport”, aunque aún le faltaba la carrocería y otros elementos. El desarrollo del motor se llevó a cabo entre 1945 y 1946, nada menos que por el histórico ingeniero Gioacchino Colombo.
Se trataba de un V12 1.5 l (1,497 cc) de 118 caballos capaz de girar hasta las 6,800 rpm, hermanado a una transmisión manual de cinco relaciones. En ajustes posteriores, ese mismo impulsor logró hasta 280 caballos con sobrealimentación. Para ponerlo en contexto, en aquel entonces un Ford Super Deluxe 1947 requería de un V8 de 3.9 l para generar 100 caballos, a unas 3,600 rpm. El peso del 125 S era de 650 kg y la velocidad máxima de 210 km/h.
Su bautizo de fuego fue en el circuito de Piacenza, en mayo de 1947, hace 75 años. De nuevo la fortuna parecía no sonreírle a Ferrari, pues de los dos autos inscritos, uno ni siquiera pudo iniciar la carrera. Sin embargo, en Maranello volvieron a la mesa de trabajo y al taller, por lo que el 125 S logró su primera victoria tan pronto como el 25 de mayo de ese mismo año en el Gran Premio de Roma, con el piloto Franco Cortese al volante, que también lograba la revancha, pues fue uno de los retirados en Piacenza, donde llegó a encabezar la carrera.
El Ferrari 125 S rubricó el año con seis victorias en 14 carreras disputadas en cuatro meses; y el resto es historia, una de éxitos. Antes que terminara 1947, fue relevado por el 159 S, con un V12 Colombo más grande de 1.9 l, con 125 caballos de fuerza. Sólo dos ejemplares se construyeron del 125 S y, lamentablemente, ambos fueron despiezados para fabricar nuevos autos (era más barato que iniciar de cero). Pero si descienden al nivel más bajo de Museo del Automóvil Petersen en California, conocido como “The Vault” (La Bóveda), encontrarán al que se dice es el último ejemplar sobreviviente, en color rojo brillante, aunque la propia Ferrari realizó algunas réplicas en los años 80.
Sin embargo, existe un ejemplar restaurado con el número de serie 010l. Al parecer, se trata del chasis de un prototipo de desarrollo con número 01C, que fue reestampado y reconfigurado por Ferrari como un 166 Spyder Corsa para ser vendido a un cliente, que lo recibió con una nueva factura que daba fe de ser un auto adaptado. Apodado por su dueño original como “Muletto”, el auto cambió de manos hasta que finalmente, tras ser inspeccionado minuciosamente, se descubrió su naturaleza y fue restaurado con un chasis de 1987 de Michelotto.
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