Hyundai Santa Cruz 2023; el ‘Sport Adventure Vehicle’ que se auto-identifica cómo un potente y cómodo sedán, con una cajuela descomunal.
Por Xavier Sorondo
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Cuando QueAutoCompro.com me ofreció probar en Miami un vehículo sobre el que únicamente me adelantaron ‘parece un auto concepto llevado a la realidad’, jamás me imaginé que sería lo que mis hijas comentaron tan pronto lo vieron: ‘¡Ah, es una pick up!’
Pero, una vez superada la primera impresión de que en verdad parece una pick-up, (y yo viviendo en Ciudad de México, soy totalmente ajeno a este tipo de vehículos), lo primero que pensé sobre la Hyundai Santa Cruz fue: ‘¡En verdad parece un vehículo concepto…! ¡Y que atractivo es!’
El Hyundai Santa Cruz no es comercializado en México. Si bien su producto medio-hermano la SUV Tucson sí. Ambos vehículos comparten plataforma y, de las puertas delanteras hasta la defensa frontal los dos tienen una estética bastante similar.
Debo confesar, siendo un ‘urbanita declarado’, que jamás me han llamado la atención los vehículos rudos, los pensados para el off-road y definitivamente jamás hubiera volteado a ver una pick-up. Es por eso que al principio me costó entender el corto circuito provocado en mi cabeza por el Hyundai Santa Cruz ¿Cómo es posible que encuentre tan atractivo el diseño de este vehículo?
Y el enamoramiento apenas comenzaba, la primera prueba superada por el Santa Cruz fue haber acomodado (eso sí, con algo de trabajo y aplicando todos mis conocimientos de Tetris…), el enorme número de piezas de equipaje y bultos sueltos con los que, como cualquier padre de familia con hijas entenderá, viajamos mis hijas, mi esposa… ¡el yerno y yo!
La caja de carga del Hyundai Santa Cruz ofrece un volumen de 27 pies cúbicos (es más pequeña que la de una pick-up pequeña…vaya la redundancia), y está bien que sea así. Este no es un vehículo para alguien que vive en una granja en Wyoming y tiene que cargar pacas de paja o 15 sacos de abono. El Santa Cruz es parte del exclusivo club de vehículos que llegan rompiendo paradigmas e inventando nuevos nichos.
Que delicia poder desplazarse cómoda y rápidamente, con potencia de sobra. Una marcha francamente confortable, incorporando componentes electrónicos y de conectividad que apenas hace unos años se ubicaban únicamente en autos de la más alta gama, como una pantalla táctil de 10.25 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto, sistema de cámaras externas y cuanta asistencia de conducción uno puede desear; a la vez que se cuenta con la capacidad de poder transportar esa gran pantalla que uno compra de impulso o aquel hermoso sillón que estaba de oferta.
Los padres que sucumben ante la presión de llevar a los hijos al viaje de camping que tanto anhelan, tendrán una preocupación menos si son propietarios de un Hyundai Santa Cruz en sus versiones que equipan tracción integral en las cuatro ruedas. Este SAV (Sport Adventure Vehicle por definición de la misma marca) tiene capacidad de sobrellevar terracerías y pasos sinuosos, hasta un punto eso sí…. definitivamente no estamos hablando de un Jeep Wrangler, pero sí de un vehículo que saldrá airoso de la mayoría de los obstáculos con los que se tope.
El equipo del atelier de Diseño de Hyundai en California, en mi opinión, hizo un trabajo extraordinario dotando al Santa Cruz no sólo de una estética única, ‘sexy’ y atractiva, también dejaron volar libre su imaginación incorporando soluciones inteligentes de almacenaje (como el espacio oculto bajo el asiento trasero), pequeños espacios en los costados interiores de la caja de carga, escalones incorporados en la defensa trasera y una innovadora ‘cajuela’ que se descubre bajo el piso de la caja de carga y que, al contar con su propio drenaje, se convierte en una práctica hielera.
Ahora, no todo es perfecto desde luego. El asiento trasero no es el más cómodo y no cuenta con descasa-brazos. También es algo ‘claustrofóbica’ la experiencia de los pasajeros de la segunda fila cuando el interior es todo color negro. El medallón trasero se ubica a centímetros de su nuca y el quemacocos es tan pequeño que más bien parece un adorno en ésta época donde los toldos panorámicos abundan.
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Quizá uno de los puntos negativos que más llamaron nuestra atención (además del elevado consumo de combustible…), es el hecho que la cubierta de la caja de carga (un accesorio original de la marca, e indispensable diría yo), no cierra con ‘seguro’ al accionar el ‘lock’ desde el control remoto del Hyundai Santa Cruz. Se requiere girar una perilla (casi invisible) ubicada bajo la manija. De no hacer esto uno puede dejar sus pertenencias en la caja de carga, ‘cerrar’ el vehículo con el control remoto, y marcharse asumiendo que todo está cerrado con llave, cuando en realidad cualquiera que pase puede accionar la manija y abrir la cubierta.
Sin embargo, la cajuela que se ubica bajo el piso de la caja de carga, esa sí cuenta con sistema de cierre electrónico convirtiéndola quizá, en el espacio más seguro para guardar artículos valiosos.
Pero los aspectos positivos superan con creces las pocas facetas que no nos gustaron. Está por ejemplo la tracción integral en las cuatro ruedas (disponible en todas las versiones), y el notable tren motriz turbo de 281 hp y 311 libras-pie de torque, acoplado a una caja de doble embrague de ocho velocidades y levas de cambio al volante que, en verdad, más remiten a un sedán con aspiraciones deportivas que a un vehículo que permite transportar con facilidad la máquina de coser de la abuelita.
Los sistemas de asistencia en la conducción permiten que la Hyundai Santa Cruz se ‘maneje sola’ en vías rápidas. Activando el control de crucero junto con los otros duendecillos electrónicos que equipan las versiones tope de gama. Nos maravillamos confirmando que el vehículo no sólo conserva la velocidad designada, también gira el volante siguiendo la trayectoria de los carriles, acelera y frena (incluso llega a hacer alto total), mientras el conductor se limita a decir tonterías que aterrorizan a los demás pasajeros como: “¡Vean como yo no estoy haciendo nada y el auto se maneja sólo!”
En esta prueba de cinco días sólo tuve acceso a la versión Limited, la más equipada. Su precio es de $40,570 dólares en Florida. En este nivel de equipamiento la impresión fue más que positiva.
Me gustaría tener la oportunidad de manejar la versión menos equipada (la “SE” que inicia en $25,700) y comparar cómo se mueve con 191 caballos y 181 libras-pie de torque en lugar de 281 y 311. Experimentar la marcha con ruedas de 18 pulgadas en lugar de 20 y tener muchos menos juguetes electrónicos al alcance de la mano. Pero aún sin haber hecho esa prueba, estoy seguro que la sonrisa en el rostro permanecería.
Para valorar la experiencia de ser propietario de éste o cualquier auto, hay que tomar en cuenta las coberturas y respaldo que ofrecen las marcas. Y es en ese apartado donde Hyundai ofrece una de las mejores ofertas del mercado: programa de mantenimiento incluido por tres años; 10 años o 100,000 millas de garantía en el tren motriz; cinco años o 60,000 millas de garantía general “de vehículo nuevo” (whatever that means…), así como cinco años de ‘Asistencia en el camino’.
Después de haber convivido con el Hyundai Santa Cruz y comprobar muchos de sus aspectos positivos, quizá el logro más grande de este vehículo haya sido el hacerme reflexionar, por primera vez en mi vida, si un ‘SAV’ tendría cabida en mi garage.
¿Quién hubiera dicho que sería una visita a Miami la que me hizo considerar por primera vez tener un vehículo que puede librar con facilidad los terribles topes y baches de Ciudad de México…? Ojalá comiencen a venderla pronto por acá. XS.
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