Tercera entrega de nuestra prueba de larga duración de la Hyundai Santa Cruz, cinta en mano, te decimos todas las diferencias con la Tucson de la que deriva ¡Son más de las que imaginas!
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Nuestros seguidores habituales ya habrán oído hablar de nuestra prueba de larga duración de la Hyundai Santa Cruz, en esta tercera entrega, toca enfrentarla con la Crossover Tucson, de la cual deriva. Los detallistas y buenos observadores habrán notado lo que aparentan ser ciertos puntos en común entre el crossover y su homóloga pick-up, tales como el frontal, capó, parabrisas, puertas delanteras y, en el interior, volante y tablero de mandos. ¿Pero es cierto que ambos tienen tanto en común? Con ojo clínico y flexómetro en mano, exploremos el tema.
Tanto la Tucson como la Santa Cruz comparten la arquitectura N3 de motor transversal y base tracción delantera del grupo Hyundai-Kia. Comencemos nuestro recorrido por el frontal: con las dos parrillas. Los puntos claves son iguales: la base mide 32 pulgadas en ambos casos; la altura tiene diferencias muy leves: un pie exacto en la Tucson, media pulgada más en la Santa Cruz. Si uno mira bien, la base de los faros en la Santa Cruz es más angular y en la Tucson es más suave.
Los faros diurnos, muy distintivos, tienen cuatro elementos en la Tucson; tan solo tres en la Santa Cruz; y la textura de la parrilla es muy diferente. Por cierto, si han visto alguna Tucson con faros en colores, no es ningún setting de fábrica, es un elemento after Market, hecho en China y disponible a través de eBay. El borde superior de los faros mide 22 pulgadas en la Tucson; apenas 19 en la Santa Cruz. El reflector naranja está en la parrilla en la SUV; y en el borde del guardafangos en la pick-up. Los faros principales aparentan ser los mismos, pero en la Santa Cruz tiene una división negra más pronunciada y el contorno es completamente diferente.
El frontal tiene menos de intercambiable de lo que pudiera aparecer a primera vista. Tampoco el capó: el borde superior en la Tucson sigue una línea continua lisa y tiene cuatro líneas esculpidas. En la Santa Cruz, tiene un borde recto y sus nervaduras son diferentes. El borde del capó sobre los guardafangos mide 30 pulgadas, y sigue una curva hacia el pilar A con 8”. En la Tucson, estas líneas miden 32 y 5 pulgadas, parecido pero no idéntico.
El parabrisas sí es intercambiable entre las dos, así como los espejos retrovisores externos. Claro, en la Santa Cruz la parte baja es negra, mientras la Tucson Limited tiene cromado mate, aunque tienen la misma forma. El pilar B y las ventanas frontales también son idénticos.
Las dos puertas frontales miden lo mismo de largo: 42.5 pulgadas; la altura de 32” también es igual, pero la escultura lateral es muy diferente. La Tucson una doble línea de carácter en ángulo que va hasta abajo. En la Santa Cruz es más sutil y más sencilla la forma de flecha; y para a mediados de la puerta. La línea de cintura es sencilla en la Santa Cruz, doble en la Tucson. Las manijas están en la misma posición, casi a 9 pulgadas del borde superior.
Atrás, las diferencias se ponen enormemente pronunciadas. En la Santa Cruz la puerta trasera mide 38 pulgadas de largo, casi 43 pulgadas en la Tucson. Pese a eso, la pick-up tiene una distancia entre ejes de casi 10 pulgadas más. A partir de la puerta trasera ni hablemos, no hay nada intercambiable, la diferencia es contundente, y aquí vemos la utilidad adicional que nos proporciona la caja de pick-ups.
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Según las cifras oficiales de SAE International, la asociación de ingenieros automotores, esta Tucson, con la segunda fila plegada, tiene 66.3 pies cúbicos de volumen. Es la que menos tiene de las tres variantes Tucson, por el espacio adicional que ocupa la batería de esta versión híbrida enchufable. Esas cifras aumentan a 74.5 pies cúbicos en la híbrida y 74.8 en la de combustión interna.
Ahora en la Santa Cruz, vemos que la cifra de volumen es “tan solo” 27 pies cúbicos, ¿pero la diferencia es tan drástica? Sí y no. Estamos comparando manzanas con naranjas. Según las normas SAE, en los pick-ups se mide solo del suelo hasta el borde superior de la caja, en cambio, en los Station Wagon y SUV, permite medir hasta el techo. En la pick-up podemos llegar hasta el infinito si nos da la gana.
El espacio para las piernas varía según la posición del asiento delantero, pero hay cifras oficiales y estas son: 36 pulgadas y media para la Santa Cruz; 39 pulgadas y media para la Tucson híbrida enchufable y 41.3 pulgadas para las otras Tucson. Es un poco menos amplio el asiento trasero en la pick-up, y esa cifra en las Tucson, según la marca, es la más amplia entre todas las Crossover compactas de Estados Unidos.
En el tablero de mandos resaltan más las similitudes que las diferencias. Las formas y todo de las puertas también son idénticas entre las dos. Las dos grandes diferencias es que esta Tucson híbrida enchufable y la híbrida también, tienen botones para los mandos de la transmisión, y un pequeño espacio debajo de la consola. En la Santa Cruz en cambio, verán una palanca tradicional, que también se ve en las Tucson sólo de combustión interna, por lo menos en la variante N Line. Por lo demás, vemos más o menos lo mismo.
La gama completa de modelos Hyundai Tucson, con motor de gasolina sin hibridación y la Santa Cruz SE y SEL comparten el motor SmartStream G2.5 de cuatro cilindros, 2.5 litros de aspiración natural y doble inyección, directa e indirecta. Pero los 187 caballos de fuerza que produce en la Crossover, son 4 caballos menos que en la Santa Cruz. Esta también produce 3 libras-pie de torque más que las 178 libras-pie de la Tucson. Las especificaciones de los motores Santa Cruz corresponden más bien a los de la crossover mediana Santa Fe.
Por otra parte, el motor SmartStream 2.5 Turbo de la Santa Cruz SEL Premium y Limited, 281 hp y 311 lb-pie, como la unidad de nuestra prueba a largo plazo, no está disponible en ninguna Tucson, pero sí en la Santa Fe Limíted y Caligraphy. Esta unidad Tucson es híbrida enchufable, con motor de gasolina 1.6 litros Turbo, más motor eléctrico de 66.9 kW, con 261 hp y 258 lb-pie combinados. De momento no hay pick-up Santa Cruz híbrida para competir con la Ford Maverick, pero no dudamos que esta venga en el futuro.
Bueno, ¿Y con cuál se quedan ustedes? ¿SAV o SUV? Parece ser más una mera cuestión de gusto personal, una carrocería más corta y cerrada tiene sus ventajas, aunque el estilo y el look general de la Santa Cruz pueden ser argumentos suficientes. Hyundai ha hecho un buen trabajo adaptando una SUV a una pick-up compacta y construyendo un nuevo segmento en el mercado, que por ahora, compite directamente con solo un producto de Ford: la Maverick, que viene de un fabricante tradicional de pick-ups.
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