Javier Fueyo

Unas de las tareas que le quedaba pendiente a Peter Schreyer desde su llegada a Kia, era la del rediseño total de la minivan Sedona; sin embargo, ya se puede ir quitando de la lista. Hoy pudimos conocerla de cerca en el evento que ha armado la gente de Kia Motors América y el cuál ha sido bautizado como: California Dreamin’.

Aunque durante la presentación tuvimos oportunidad de manejar, además de la nueva Sedona, el nuevo Kia Soul totalmente eléctrico, pero de él hablaremos en otra ocasión.

Tras los buenos resultados de Kia en lo que lleva en los Estados Unidos, Michael Sprague, VP de ventas y marketing en Kia Motors America, mencionó: “en 2014 estamos cumpliendo 20 años en Estados Unidos. Fue en 1994 cuando arrancamos la aventura con dos modelos. Para el año de 2001, ya estábamos vendiendo la unidad 1 millón. Este año, 2014, alcanzamos los 5 millones de unidades vendidas en este país”. Dicho lo anterior, se nota que, sobre todo en los últimos años, Kia se ha ganado “el corazón” de muchos estadounidenses y el compromiso cada día es más grande.

El nuevo Kia Sedona es un minivan que puede transportar hasta 8 pasajeros cómodamente sentados. Pero cuando decimos “cómodamente” no es por soltar un adjetivo al aire. Pudimos comprobar que los asientos de la segunda fila se pueden reclinar y al mismo tiempo sale un posa –pie, al más puro estilo de los sillones de los dentistas o los “reposet” de nuestros abuelos.

Cuatro variantes son las que estarán disponibles del nuevo Sedona y se les puede distinguir, de entrada, por las siglas: L, LX, EX, SX y SX-L. Y claro, como la suerte siempre nos acompaña, nosotros tuvimos posibilidad de rodar en la más equipada de todas, en la SX-L.

Aunque el mercado ha visto un andar complicado en la última década (-53%) en el mundo de las minivans, Kia no quiere ser parte de la mala racha y nos entrega un producto de muy alta calidad, en donde resaltan elementos como al nuevo plegado de los asientos de la segunda fila que, combinados con el “escondite” de la tercera, nos dejan un espacio en verdad considerable si lo que queremos es llevar muchas cosas (en su caso nos mostraron un ejemplo con un par de esquíes que quedaban pequeños). Materiales de muy alta calidad, un diseño que busca atrapar las miradas y sistemas de seguridad de última generación son parte del listado de atractivos de este vehículo familiar.

Y ya que hablamos de temas de seguridad la Sedona también cumple las funciones de un chaperón.  Se puede programar una alarma que lanza una serie de reportes y alertas cuando la persona que está al volante está excediendo algunos de los límites, o en el mejor de los casos, nos deja saber cuándo el conductor está yendo más allá de lo que nos prometió. Sí, ahora se puede saber si están “abusando de la confianza”.

Cuando uno se ubica en el asiento del conductor, la postal que uno recibe desde el panel de instrumentos bien podría ser el de un deportivo de alta gama. Los relojes son muy vistosos y la posición de manejo nos engaña todo el tiempo haciéndonos pensar que no estamos en una minivan sino en un sedán familiar. Las cosas todavía se ponen más interesantes a la hora de oprimir el botón de “Start”. Los 276 caballos de potencia que emanan del propulsor V6 de 3.3 litros (acoplado a una caja de 6 relaciones) hacen que la Sedona se mueva a buenos ritmos y el trabajo del chasis complementa un “ride” silencioso, cómodo y ágil. Por cierto, la suspensión independiente en la parte trasera ayuda a que el comportamiento de este minivan sea muy distinto a lo que estábamos acostumbrados.

Entre sus rivales se ubican algunos de la talla del Toyota Sienna y el Honda Odyssey. Sin embargo, el precio de entrada del Sedona es uno más de los temas a considerar: 25,900 para el modelo básico mientras que el que manejamos alcanza los 39,700 dólares (ojo, hay que agregarle los gastos de transportación: 895 dólares).