El Mazda MX-30 2022 es un eléctrico atractivo, pero la suma de varias concesiones podría hacer reconsiderar su compra ¿Cuál es la principal?
Por Juan García
Como entusiasta de los vehículos eléctricos, es difícil que alguno no me agrade, pero por desgracia encontré uno que se queda corto en todos los aspectos, el nuevo Mazda MX-30 2022. Su rango es deplorable, el precio es muy alto para lo que ofrece y su sistema de puertas es impráctico. Además, solo se vende en el estado de California.
Para comenzar hablaré de su exterior, quizá el único aspecto que me gustó de este carro. Con un diseño Kodo centrado en las personas –tiene líneas sutiles y es minimalista–, muy parecido al del CX-5 (una SUV pequeña a gasolina), el MX-30 no parece un auto eléctrico a simple vista, pues tiene esa apariencia característica de los Mazda –que en lo personal me gustan mucho–, además de tres colores: el terroso Zircon Sand, el oscuro Jet Black-Silver y el cereza Soul Red Crystal. Sin embargo, el encanto acaba aquí.
Al querer entrar al EV comienzan los problemas. Se trata de un vehículo de dos puertas regulares y otras dos que se abren en sentido contrario para supuestamente facilitar el acceso a la parte posterior del auto. Si bien es un sistema que ya se había visto en pick-ups de cabina y media, Mazda pudo haber colocado las cuatro puertas estándar, pues estas no son nada prácticas: las posteriores deben estás plegadas para poder cerrar las frontales.
Dentro del Mazda MX-30, materiales desagradables como el corcho, que está en todas partes –como en la consola central–, llenan cada espacio; los asientos, por ejemplo, tienen una tela muy áspera y nada confortable como la de otros vehículos que he probado en fechas recientes. Quiero pensar que estas decisiones se tomaron en aras de la sustentabilidad; no obstante, otros fabricantes que también se han preocupado por el planeta han implementado mejores acabados. Para ser honesto, no me quiero imaginar cómo lucirá ese corcho con el paso del tiempo o cuando se ensucie.
En cuanto a funciones, tecnología y pantallas, tiene una consola central flotante que ayuda a mantener la atención del conductor en la carretera, un display de 8.8 pulgadas a color que se integra con Apple CarPlay y Android Auto, y la aplicación MyMazda, para verificar, entre otros aspectos, el nivel de carga de la batería, la autonomía estimada y las estaciones de carga más cercanas.
Como mencioné al inicio, el rango es paupérrimo, pues solo ofrece 92 millas que incluso son menos, ya que nunca alcanzó tal cifra. Por ello, es imposible hacer un viaje en este Mazda; se trata de un auto exclusivo para la ciudad. Encima de esto, su precio es de $38,550 dólares, al menos el modelo que probé. En contraste, un MINI Cooper eléctrico cuesta $30,000 y, entre ambos vehículos, simplemente no hay comparación: el inglés es superior en todos los sentidos. Para rematar, el Mazda MX-30 se vende solo en California.
Al parecer, el fabricante de automóviles japonés solo hizo este Mazda MX-30 para decir que tiene un modelo eléctrico, porque sin duda es el peor del mercado.
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