El GLA es un SUV compacto con un interior a la altura de Mercedes-Benz, con la calidad y tecnología inherentes a la marca de Stuttgart. Lo manejamos una semana.
Por Juan García
En un mundo plagado de automóviles SUV, Mercedes-Benz apuesta por un vehículo más pequeño con el GLA 250, un modelo popular en Europa por su tamaño compacto y que en Estados Unidos quiere competir con el Q3 de Audi y el X3 de BMW. Luego de manejarlo por una semana, la experiencia con este coche resulta positiva y agradable.
El refinamiento y la sofisticación son sinónimos de Mercedes-Benz, que nunca deja nada al azar ni en modelos de bajo costo como el GLA 250. Un ejemplo claro es la pantalla que agrupa el tablero de instrumentos y el infoentretenimiento, aunque en realidad son dos paneles, uno táctil y el otro no, que lucen como uno solo.
Los interiores de los Mercedes-Benz son de mis favoritos: entienden la estética y los ambientes luminosos como ningún otro; sus luces LED, que alumbran los acentos, son cambiables y adaptables al humor en el que uno se encuentre, además de tener una gama de colores a escoger. Para ser sincero, pensé que al tratarse de un modelo básico no tendría los atributos de los modelos más costosos de la marca, pero me equivoqué gratamente.
Donde más brilla el Mercedes-Benz GLA 250 es en su interior; simplemente luce como un auto cuyo precio es mayor a lo que en realidad cuesta. La navegación con realidad aumentada (RA) es algo que no deja de agradarme y sorprenderme: al indicar un destino, la pantalla de infoentretenimiento se convierte en una réplica de lo que se ve al frente del carro, un video tomado con la cámara frontal. La RA despliega tres flechas que parecen flotar en la calle para indicar el camino que debes seguir; aunque distrae un poco, es una función muy intuitiva y agradable a la vista.
En cuanto a la máquina, en la GLA encontramos un motor de 2.0 litros y cuatro cilindros que responde bien; al parecer, en Mercedes-Benz arreglaron el terrible retraso del turbo que encontramos en modelos anteriores. Esta unidad produce 221 caballos de fuerza, suficientes para un SUV compacto (en modo Sport es como más se aprecia esta potencia). La transmisión de ocho velocidades es invisible, es decir, muy poco notoria en los cambios (las bellezas de esta marcha se distinguen en el modo Confort).
El diseño exterior del GLA no es nada del otro mundo; es un típico Mercedes-Benz, con bordes muy redondeados en sus líneas laterales, pero con contrastes drásticos en detalles frontales. A simple vista no es muy apetitoso; no provoca grandes emociones ni sentimientos para bien o para mal. Quizá sea más llamativo para mujeres jóvenes o de edad media. En lo personal no me genera ninguna emoción, incluso puede pasar desapercibido en muchos lugares, pero seguramente existirá alguien a quien le agrade.
El precio inicial del Mercedes-Benz GLA es de $36,200 dólares, como la manejamos fue de $41,620. Tenía muchas de las opciones mencionadas como la realidad aumentada, algo que en mi opinión debes de considerar; la detección de ciclistas, no tanto. El motor es único para todos los modelos. Si se quiere algo más sofisticado existe la versión AMG 4Matic, pero su precio inicia en $47,550, es elevado para un SUV compacto.
El paquete final del GLA de Mercedes-Benz es pequeño es positivo y recomendable: tiene el sello alemán que denota calidad, destaca más por dentro que por fuera, su belleza es interior, es más para apreciarse desde el asiento del conductor y tiene muchos sistemas de seguridad como la detección de peatones o ciclistas, que pueden pasar a un costado del auto al abrir una puerta, aunque sabemos que esta situación es poco probable y no es motivo para compra o no un auto.
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