Javier Fueyo

Cuando alguien adquiere un vehículo, éste se vuelve una expresión de los elementos más íntimos de su personalidad. Por este motivo, no resulta extraño que cada vehículo ostente adornos que lo hacen único y particular. No obstante, hay casos en los que este deseo de expresión se sale de control, tal como veremos en la presente nota.

Si alguno de nuestros lectores tiene un pésimo gusto (sin ánimo de ofender) y le sobran 3.7 millones de dólares, puede que resulte interesado por el Pontiac Trans Am modelo 2002 que vemos en la imagen de portada. El vehículo en cuestión pertenece a All Naeemi, un inmigrante iraní radicado en Alemania. Naeemi adquirió el Trans Am hace 11 años por la modesta cantidad de U$D41 mil y desde entonces, ha invertido increíbles cantidades de dinero para convertirlo en el auto que encarna todos sus sueños y fantasías.

En el 2009, Naaemi concluyó el acabado exterior en color dorado y ganó un premio en un concurso de tuning gracias a su labor. El Trans Am no sólo cuenta con incontables detalles en color dorado, sino que también ha sido adornado con miles de cristales Swarovski, además de ostentar spoilers adicionales, parachoques personalizados y sistema de audio modificado. Con 75 mil km acumulados en el tacómetro, alrededor de 250 mil cristales y hojas de oro de 24 kilates, Naaemi pide la cantidad exacta de U$D3.66 millones. ¿Algún interesado en adquirir esta joya?