Durante el segundo trimestre de 2020, la venta de autos nuevos cayó un 34.3% en USA, con una ligera recuperación en el mes de junio. Comienzan a fluir las cifras de venta de autos nuevos y, como se esperaba, son malas noticias, con una reducción del mercado de casi un tercio contra 2019. Si bien el segmento automotriz ya arrastraba una caída constante, el reporte para todo el ejercicio de 2019 hablaba de un retroceso de 1.6%. Como cabe esperar, la principal causa es la pandemia por Covid-19, que inició en marzo, por lo que el segundo trimestre incluye varios de los días más álgidos de la contingencia.
El cierre de concesionarios, plantas automotrices y el confinamiento han castigado a buena parte del sector económico. El ramo automotriz fue especialmente lastimado, pero recordemos que ya en las últimas semanas del segundo trimestre, vivimos una lenta reactivación en la producción y consecuente venta de autos nuevos en USA. Si bien es difícil establecer un hilo mensual, dado que muchas marcas realizan sus reportes de forma trimestral, cabe recordar que durante abril las ventas cayeron en un 53%. Que en el acumulado de abril a mayo se reporte un retroceso de 34.3%, nos habla de una ligera recuperación en los dos últimos meses.
Si esta mejoría será sostenida, o suficiente para rozar las cifras anteriores a la pandemia, es difícil de pronosticar. Esto dependerá de la velocidad de la recuperación económica y la reposición de los empleos perdidos. Este 1 de julio, entra en vigor el UMSCA o T-MEC, en reemplazo del TLCAN/NAFTA. Aunque su intención es recuperar empleos hacia la Unión Americana, el pronóstico a corto plazo es un aumento en el precio de los autos nuevos, dada la menor proporción de autopartes provenientes de China y Latinoamérica, mayores impuestos y certificaciones más estrictas. En caso que una etiqueta mayor desaliente a los posibles compradores, esto podría limitar la recuperación del sector automotriz. Ante la crisis que están viviendo casi todas las marcas (excepto Tesla), no descarten que continúe el cese de modelos y líneas de producción, no sólo en los Estados Unidos, sino en toda la región de Norteamérica.
Por marcas, General Motors tuvo una contracción del 34% en el periodo, contra el primer trimestre de 2019, aunque algunas SUVs, como la Chevrolet Trax y la Blazer (fabricada en México) tuvieron números negros. FCA vio una pérdida de ventas del 39%, aunque la Jeep Gladiator tuvo un repunte del 174%. Mazda ha paliado la crisis con un retroceso de 9.6%, gracias al impulso de modelos como el MX-5, la CX-9 y la CX-30 (también fabricada en México), que incluso le dieron un crecimiento de 11% en junio. Volkswagen retrocedió 29%, ayudada por el crecimiento de… sedanes: el Passat (11%) y Arteon (33%). Ford cayó 33%, con modelos como Mustang, Ranger y Explorer con incrementos. Lincoln retrocedió 18%, ayudada por modelos como Aviator y Corsair. Tesla redujo sus entregas en apenas 4.9%, pero su planta de Freemont fue la última en cerrar y la primera en abrir, además, sumen los problemas de calidad de la Model Y.
Otras marcas que han reportado sus números son Acura (-58.8%), Audi (-34.7%), BMW (-39.3%), Genesis (-38.2%), Honda (-55.9%), Infiniti (-44%), Kia (-54%), Lexus (-26.8%), Nissan (-50%), MINI (-41.5), Subaru (-54.8%), Toyota (-35.6%) y Volvo (-52.3%). De los pocos modelos con crecimientos están el Lexus GX (11.8%), Nissan 370Z (24%), Porsche 911 (174.5%) y Hyundai Palisade. Hyundai tuvo un retroceso del 24%, aunque sus ventas al detalle cayeron sólo 3%, contra un 93% de sus ventas de flotillas. La mayoría de los fabricantes indicaron que sus ventas al menudeo tuvieron reducciones de una cifra, aunque las ventas de flotillas se desplomaron en algunos casos más allá del 90%. Recordemos que las firmas de alquiler de autos, grandes consumidoras de flotillas, tampoco pasan por su mejor momento, como ocurrió con la quiebra de Hertz.
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